De Tacones y Bolsos - diseño independiente: 2005

lunes, octubre 24, 2005

50 años de Seminci

El fin de semana del 23 de octubre de 2005 nos acercamos a la Seminci. Con mucha más ilusión este año al celebrarse las bodas de oro. Desde aquí un aplauso muy grande a la organización por conseguir que este certamen cumpla su 50 aniversario y por intentar que se conozca cada vez más. Gracias por el buen cine que siempre muestra la Seminci y por esa sección "50 AÑOS AMANDO EL CINE". Gracias de verdad.

Pero, aquí viene el pero, he encontrado y vivido algunas faltas que me han decepcionado un poquito en esta 50 edición. Las cuento con todo el cariño del mundo, como semanista, y con idea de que sirvan para que la edición 51 y posteriores sean mejores, mucho mejores.

- Como ya he dicho vivo en Madrid. Y durante las semanas previas al arranque de la Seminci he seguido con interés las noticias que se iban publicando en la página web esperando encontrar la programación. Me parece buena idea dar un avance una semana antes, pero no que la programación se cuelgue el viernes mismo de la inauguración. Demasiado tarde. Máxime cuando las entradas para las sesiones matinales del sábado 22 y 23 se ponen a la venta desde el día 17.
- La caseta sobre la Seminci situada en la Plaza Mayor, el sábado por la mañana estaba sin montar... Debería haber estado bastante antes.
- Cada cine de la Seminci se regía por unas normas a la hora de sacar entradas de tal forma que creaban desconcierto a los semanistas. No sabías si se podían sacar entradas para la sesión del día siguiente la tarde anterior: en algunos cines parece que sí puesto que las entradas la tarde del sábado ya estaban agotodas para la matinal del domingo. Sin embargo en otros cines las vendían a partir el domingo por la mañana...
- Respecto a la venta de dos entradas por persona, también creaba confusión a los que nos acercábamos a la taquilla. De tal modo que si hacías caso a la norma y en taquilla pedías sólo dos entradas, te veías separado de parte de tus acompañantes, comprobando a continuación que la persona que iba detrás de tí en la cola pedía más de dos entradas y se las daban... ¿o también dependía del cine?
- El sábado en la sesión de las 19:00 horas en el Teatro Calderón sufrimos una situación bastante inadecuada para esta 50 edición. Había mucha gente para acceder al teatro (que tiene un aforo de 700 localidades). La hora de inicio de la sesión se acercaba pero aún eramos muchos los que no habíamos podido entrar. Una única puerta daba acceso al teatro... Una vez accedimos subimos a la 3 planta bajo la indicación de la persona que revisó nuetras entradas. Comprobamos que una vez en la 3 planta que no era allí la ubicación correcta. Nuestras entradas correspondían a la 2 planta. Cuando bajábamos el cortometraje ya había comenzado y no nos querían dejar acceder a nuestros asientos. No íbamos a ver un corto que se estrenaba en ese momento y que difícilmente se tendría otra ocasión para verlo en pantalla grande. Al final sí lo pudimos hacer, pero creo que la situación no fue nada profesional ni daba signos de organización por muchas de las cosas aquí expuestas.
- Me ha parecido, y esto es una impresión, que las películas de la sección oficial se podían ver pocas veces. Dos días. Quizá se podría dedicar la semana de la Seminci a la visión de las películas de concurso en más ocasiones en más cines, compartiendo con las otras secciones y alargar otra semana para lo que no se haya podido ver en Tiempo de Historia, Punto de Encuentro, Spanish cinema, etc. Entiendo que las salas son limitadas por eso propongo alargar la Seminci en estas secciones una semana más.

Desde luego seguiré apoyando a la Seminci en todo lo que desde mi mano pueda hacer. ¡Y que siga el buen cine!

martes, septiembre 20, 2005

En el blanco, de Ken Follet

Bueno, bueno, bueno. Pues me lo terminé la semana pasada. Lo único que puedo decir para no tirarme de los pelos debido al tiempo perdido, es que me he reído mucho ;-) Porque desde luego o te ríes o lloras. Mala esta nueva novela de Ken Follet. Desde luego arrasará en ventas, eso no lo dudo. Ken Follet es de los que ya se puede echar a dormir. Pero desde luego con esta novela se ha pasado un pelo. Que los lectores no son tontos. Lo que parece que va a ser una buena historia contada en quasi tiempo real se convierte en un culebrón que estás deseando que llegue a su final. El mérito es que te engancha al principio y luego ya no vas a dejar de leerlo (ademas yo soy bastante cabezota: libro que empiezo libro que termino salvo raras excepciones...) Mezcla una situacion peligrosa con asuntos del corazón que hacen que el lector pierda la tension y se relaje, cuando debería estar moviéndose en el sofá. Tarda mucho en desvelarnos la accion, aunque al principio parece que va a ser trepidante, pero luego se pierde con las situaciones de los personajes y descripciones ciertamente absurdas. Ya digo que saca al lector de la verdadera tensión. Y luego la retoma para convertirla en algo totalmente enrevesado e increíble, con personajes que parecían formar parte de una familia más o menos normalitos y que hacen cosas bastante hollywoodienses para librarse de los malos malísimos, que a mí al final, me daban pena. ¡Todo les sale rematadamente mal! ¡Pobres! ¡Y qué decir de la protagonista! ¡Super-woman!
Y bueno, el epilogo final... ¡buagh! ¡Es horrible! Digamos solamente, para no desvelar nada ... que transcurre un año después. Pues a mí me da la sensacion de que lo que estoy leyendo no puede estar pasando mucho mas allá del día siguiente a la accion de los capítulos anteriores.
Desde luego no me anima mucho a leerme su siguiente novela...